sábado, 13 de abril de 2013

Un ángel para el final y un final angelical.



No sabía realmente a qué iba cuando compré la entrada para el concierto de Silvio Rodríguez, hace más de un mes, desde que supe que venía al país fue un impulso de esos que uno siente y solamente hasta que tiene las entradas en la mano puede volver a la tranquilidad. ¿Les ha pasado?

Quizá mi ansiedad se debía a que por fin, podría cantar en vivo todas esas canciones, que por mucho tiempo tejieron una historia de reuniones con amigas un sábado cualquiera, que empezaban con café y terminaban con algún tequila, o esas miles de salidas a cuanto bar de trova hubiera, fueron muchos los fines de semana hace ya bastantes años los que invertí haciendo el tour de la terapia emocional que los amores de aquella época exigían y definitivamente  ésta siempre fue la mejor salida y perfecta excusa para sentirme grande.... cuánto disfruté esos días!

Pero ayer fue diferente,  antes del plato principal de la poesía hecha canción, estaba la perfecta entrada llena de emociones al poder nuevamente corear aunque fuera por un pequeño ratito algunas canciones del grupo Malpaís, que además tiene un lugar especial en el corazón de muchos y que representa otro montón de sentimientos encontrados, una razón de peso para estar ahí. No cabía de emoción.

Y cuando Silvio salió y su voz llenó aquel estadio repleto de almas dispuestas a entregarse en sus letras, fue un momento especial, era un sentimiento de complicidad entre los que estábamos ahí, cada canción tenía una historia, no sólo la que su autor había convertido en una obra maestra, sino la historia que cada uno vivió en estos más de veinte años cantados por trovadores de corazón.

Hombres que venían de otra galaxia, mujeres que destellaban de hermosura, guerras que nunca deberían comenzar, abrazos sentidos, besos profundos, ángeles que se juegan su vida para proteger a los humanos... personajes que protagonizan las historias que pasaron en algún momento por la creatividad de Silvio, convertidas en experiencia, en arte y en poesía.. Todo eso se confundió con la realidad de cada uno de los que vivimos a nuestra manera ese momento.

Para los que soñamos con encontrar nuestro Unicornio y queremos siempre dejar canciones a los amores que vivimos... Ojalá que sigamos tarareando por mucho tiempo y soñando.

PRE.




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