martes, 5 de julio de 2011

¿Cuál es la intensión?


No nay mala intensión en lo que decimos cuando somos ignorantes de la intensión en sí,  es decir, el sentimiento que nos mueve cuando estamos haciendo las cosas, pero ¿sabes cuál es tu intensión y sobre todo, desde dónde estás generando esa intensión?

La forma en que sentimos internamente... es la intensión con la que estamos viviendo y lo que estamos proyectando... y más aún la que estamos generando día a día, con la que tienen que lidiar las personas que están a nuestro alrededor. 

Un ejemplo... cuando vamos a una reunión de trabajo, sabemos que se va a discutir un proyecto importante, y creemos tener la razón, la solución y además la forma de ejecutarlo, pero los demás lo ven distinto, lo ven desde otro punto y no lo aprueban. Qué sientes? rabia? Frustración? Molestia? seguro todo al mismo tiempo... pero así pasa en la vida cotidiana, en el trabajo, en la vida de pareja, en la familia... no siempre nuestros proyectos son aprobados ese no es el problema, sino el no canalizar y analizar bien qué emociones me genera ese asunto, y cuál será mi próxima forma de comportarme con ellos... ¿cómo puedo cambiar la frustración por entendimiento y satisfacción? 

Bueno una manera muy eficaz es preguntarnos cuál es nuestra intensión con cada cosa que hacemos? Es decir  ¿cuál es el interés genuino, que tengo entorno a esta situación o proyecto? 

Será acaso,  ¿buscar proyección? ¿buscar que me reconozcan? ¿darles una lección a todos los que están cerca de mi? ¿imponer una forma de hacer las cosas? ¿tener el control? ¿restregarle en la cara a los compañeros que YO tenía la razón?  ¿lograr que el jefe se dé cuenta que es un...y que las cosas tenían que hacerse diferente?  No te alarmes... para muchos la respuesta es sí a todo. 

¿Por qué?
Porque no nos hemos detenido a revisar, ¿cuál es la intensión verdadera cuando voy a proponer algo?
ya sea en el trabajo, a mi familia, amigos, a mis profesores, a mis hijos, a mi pareja, a mi esposa, a mi vecino... Normalmente trabajamos desde el ego-ísmo.

Y es por eso que el rechazo nos hace tanto daño... porque es un golpe al ego. Y luego patealeamos, decimos que no nos entienden, que no nos escuchan, que todos están equivocados... 

Cuando hacemos algo con una intensión de alimentar nuestro ego, somos nosotros los equivocados. 

¿Qué tal si hoy, antes de la reunión, antes de hablar con tu esposa, con tus hijos, con tu vecino o amigo, piensas, cuál es la intensión de lo que vas a proponer? 

Se los dejo... 

PRE

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