miércoles, 18 de mayo de 2011

Un poco de mi..

Hace ya doce años, decidí estudiar comunicación, no sabía si iba a ser periodista de tiempo completo, o reportera en medios locales, aquella que trataría cambiar el mundo con sus notas y que siempre buscaría la verdad de la nota y la veracidad de las fuentes, especialmente si se trataba de la denuncia social, sobre actos de interés público.

No fue fácil la decisión de estudiar comunicación. 

Me egresé de un colegio técnico y con título en mano de técnico medio en secretariado más el bachillerato tuve que enfrentarme a la vida, antes de los 18 años ya estaba formando parte de la planilla de un reconocido banco emergente en la ciudad de San José. Mi primer puesto: Recepcionista. Que ilusión! Era la cara del banco! 

En ese momento sólo quería que llegara la quincena para sentirme grande, independiente y dueña de mis propias decisiones, pero aún no sabía a ciencia cierta cuál iba a ser mi rumbo, sobre todo porque nunca de chiquilla tuve un interés único, siempre quise hacer de todo, danza, música, teatro, la lectura como mi fiel compañera, todo apuntaba a que no sabía que quería en la vida, claro según mi familia... que preocupada veía como yo nunca había dicho claramente que quería estudiar. 

Luego de un tiempo de recepcionista bilingüe, surgió la oportunidad gracias a una profesora del colegio que recordó mis competencias para dar presentaciones y para sustituir a ratos a los profesores cuando se atrasaban. Llegó un día la llamada, - Hola Paula, te interesaría trabajar como capacitadora? - Con una sonrisa emergente inmediata y con un voz firme pregunté lo obvio, - Voy a ganar más?? -  ahora que lo pienso lo entiendo. A esa edad eso es lo importa... porque no estaba pensando ni mucho menos dimensionando lo que esa decisión iba a hacerle al resto de mi vida.. 
La respuesta de mi profesora fue obvia también, - pues no sé, si ganarás más, pero creo que es una buena oportunidad-.

Acto seguido, puse la renuncia en el banco y nunca más trabajé como recepcionista y tampoco como secretaria, tal cual lo había pensando cuando estudiaba en el colegio.

Encargada de Capacitación de Equipos de Oficina; ese fue el título de mi segundo puesto, en una compañía que en su momento lideraba el comercio de marcas reconocidas de equipos de oficina en el país, cuando apenas llegaba la tecnología de los multifuncionales  y cuando se consideraba el gran paso por que el fax ya iba a quedar de lado gracias a el email para el envío de documentos. Toda una revolución.

 Mi trabajo era apoyar al departamento de ventas, (que era el mejor departamento), en la labor de la venta de los equipos, fotocopiadoras, multifunicionales, faxes, scaners, y computadoras, como parte del valor agregado de la venta, la capacitación al cliente que adquiría estos productos era mi responsabilidad.

¡Que época tan bonita! y si… gané más, con ese trabajo a los 19 años compré mi primer carro, celular e ingresé a la universidad. Muchos compañeros del colegio que me topaba no habían tenido esa suerte, algunos no se quedaron trabajando donde hicieron la práctica, otras si, pero otros tenían más claro su futuro y su estudio y dedicaron su tiempo a la universidad de tiempo completo.

Yo en cambio, trabajaba y estudiaba por las noches, pero no ingresé de inmediato a la carrera de periodismo, tuve que hacer cuatro intentos de prueba y error para encontrar lo que realmente me gustaría y con lo que en definitiva podría ayudarme a tener un mejor futuro.

Mientras daba los cursos de capacitación por todo el país corría para llegar a tiempo a clases, no siempre lo lograba lo que hacía que   el entusiasmo se disipara y se quedara en el pago de una matrícula perdida, porque no continuaba. Las carreras que probé antes de periodismo fueron, un cuatrimestre de  Administración de Empresas, otro de Relaciones Internacionales, (porque según yo con éste título iba a viajar mucho), pero me salí en cuanto llegaron las clases de estadística, matemática y economía… no pude y no quise, luego hice por supuesto un cuatrimestre de Relaciones Públicas, por que me consideraba muy buena para hablar con la gente, pero salí huyendo cuando comenzaron las clases de protocolo … yo no me acoplaba.

Entonces decidí no gastar más dinero hasta que lo tuviera claro y mientras tanto mejoré el segundo idioma que además me permitiría obtener mi siguiente trabajo. También causa de una referencia y una muy buena oportunidad.

Cambié la tecnología por el puesto de Asistente de Gerencia de una empresa Japonesa, recientemente instalada en el país. Y en ese  momento, tomé la decisión, ya que no tenía  que ir de giras por todo el país, y podía tener horarios más definidos de ser la asistente de Mr. Kamata, y de ser la asidua estudiante de Periodismo.

Matriculé en cuanto inicié ese trabajo y desde el primer curso de Introducción a la Comunicación, supe que eso era lo mío. Comunicar…

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