viernes, 2 de septiembre de 2011

Ya escucho...


En estos días he pasado el tiempo meditando, analizando las posibles causas de una infección del oído que  me tumbó durante más de 10 días. Estoy segura que  ha sido una forma que tuvo el misterioso reloj de la vida de parar en tiempo y  mantenerme calma... Claro, queriendo decir con calma, más bien sin actividad, pero no calma de pensamiento, porque ha sido un tiempo en que más pensé. 

En mi vida actual, nada de lo que me pasa lo dejo ir sin sentido, todo lo pienso, lo analizo y lo vivo especialmente desde que esta nueva frecuencia de vida se impregnó en mi piel y no me suelta... va conmigo donde quiera y me hasta en muchos casos se convierte en mi, y me impulsa.  Esta nueva forma de vivir, todo lo tiene como una innovación del tiempo, porque desde que desperté conscientemente en mi, me doy cuenta de cuanto vivo y cuando muero en este mundo en que respiro.... Y hasta un resfrío tiene un significado distinto. 

Siendo entonces las indicaciones del médico; reposo. Lo intenté, sin embargo día a día, estuve siempre frente a mi computadora buscando información sobre lo que me pasaba... cómo es que las emociones se reflejan con enfermedades? Qué estoy reflejando con esta infección de oídos, con este dolor de garganta, que hace que se me paralice la voz y que nadie puede escucharme, y que yo no pueda emitir sonido... quién o qué está tratando de darme un mensaje... ? 

Entonces, como el que busca encuentra, lo encontré. La información de cómo nuestras emociones se pueden ver reflejadas en las enfermedades que padecemos ocasionalmente o aquella enfermedad que nos aqueja durante mucho tiempo, en mi caso, esa infección de oído, era.. algo que no quieres escuchar y la de garganta, algo que no quieres decir, que está pegado en la garganta aún. 

¿Qué es lo que no quiero escuchar? Durante todos esos días, mi meditación fue entorno a esa información, qué será... tal ves tanta noticias amarga que hay en el entorno de este país según los medios de comunicación, quizás el susurro de mi alma dándome otra vez trabajo cuando trato de obviarlo, no es fácil la respuesta.. en ese momento no la encontré, sin embargo para la emoción de las palabras, de lo que tengo que decir, sí que le encontré sentido...claro! Hace días que no escribo... y yo no puedo estar más sin este alimento, lo necesito, sobre porque es la forma de comunicarme conmigo, y con el mundo. 

Sigo poniendo atención a todo lo que escucho  para ver si algo en particular me molesta o me afecta, para sentir si algo me mueve de una u otra manera, algo que sea tan fuerte que no me guste, tanto como para tapar mis oídos y generar una infección y con sólo en un momento de revisar el entorno me puedo dar cuenta, que lo que no quiero escuchar.... No quiero escuchar...  más llanto, más dolor, más frustración, más miedo, más lágrimas. 

Ya no quiero escuchar la queja, la negación, la infamia, ya no quiero escuchar la retórica platica estúpida de quien siempre tiene excusas para no cambiar, no quiero escuchar a los que prefieren hacer daño antes de de hacer el bien, no quiero seguir escuchando a todos los que tienen el poder de mover masas para dañar países, comunidades, pueblos enteros.  Yo no quiero seguir escuchando el llanto de las madres que ven morir a sus hijos de hambre, no quiero escuchar más la parte negra, oscura y manipuladora del ser humano. Claro.. me rehuso y me enfermo.

Han pasado ya varios días desde que llegó esta infección y ya estoy mejor, ya escucho, más que antes creo, ya escucho y siempre hay cosas que quisiera no escuchar. Pero ya tengo más claro el camino y entendí que hay escuchar, hasta lo que no nos guste para poder desechar de nuestro entorno esas cosas a las que no le podemos encontrar más explicación que la manipulación constante del lado oscuro de nuestra realidad. 

Enfrentando lo que no quiero escuchar, entendí, que  aunque no me guste existe y que es mi deber escuchar para poder discernir la información y tomar lo que me conviene, me sirve y quitar lo que no. Así me voy a librar de volver a sufrir la infección de oídos, que ya pasó. 

Ya escucho. 

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