En cada mirada, sonrisa o palabra que vi o escuché hoy, había un ingrediente particular que se repetía, la ilusión.
Las conversaciones sucedían en un tono urbano y agradable, como miel de abeja en el pan, como pocas veces durante el resto del año... Así sonaban las ideas y pensamientos compartidos entre los comensales, suaves y esponjosas y llenas de esperanza.
Hermoso sentir para el resto del año, alimento para hacer crecer amistades y un respiro para ver más allá de la noche.
Entre miles de sabores se mezcló y estuvo presente, observadora y silenciosa de los actos y palabras, como un colibrí que toma lo dulce la flor así empezó el año.
Que la ilusión perdure y crezca.
PC.
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