Tarde de viernes...

De los proyectos a retomar es mi blog, ha costado mucho que le pueda dar la forma correcta y dejar de dar tantas vueltas al asunto, pero ya por dicha tengo un rumbo y bueno ahora quienes me siguen, porque así lo quieren, me tendrán más cerca, porque se trata de escribir para conversar, para compartir... para comunicar...

Y bueno... como ya lo comentado antes, estos días me estado tratando de esconder y de ganarle la carrera a un resfrío que tiene ya varias semanas de andar persiguiendome para atraparme, siento que he jugado al gato y al ratón con él, claro, habiéndome ido para el  Volcan Irazú iba a ser muy probable que hoy estuviera más ronca y congestionada,  es decir, que finalmente me atrapara. y si me atrapó el resfrío. (no significa que ganó)

Y es que no me gusta enfermarme,  tomar medicamentos,  el sentimiento de debilidad,  que me duela el pecho cuando toso, supongo que a nadie el gusta, pero hoy me puse a pensar que una vez alguien me dijo.. que si le gustaba estar enfermo, porque le parecía una buena excusa para faltar al trabajo, también para hacerse o ponerse más vulnerable de manera que pudiera obtener más cariño de la gente, así también quedarse más tiempo  en cama, etc... no lo juzgo pero que va, a mi me cuesta eso de quedarme quedita, y obvio también lo de quedarme callada.

En fin, con pecho apretado y una voz super sexy (por lo ronca que estoy) hoy estoy trabajando más en lo que yo llamo la reinvención de los proyectos, que me tomará el resto de éste año,  pero durante el día he estado pidiendo por una tarde de sol... y bueno llegó.

Una tarde viernes de noviembre, hermosa, aquí desde donde yo escribo y trabajo la mayor parte del día cuando estoy en casa, se pueden ver las montañas de Heredia y sobre todo se pueden escuchar los pájaros que ésta hora se congregan en los cables eléctricos a esperar el ritual de la puesta del sol.

Me encantan estas tardes, no importa si estoy enferma, si la prescripción fue reposo, las trato de desfrutar al máximo haciendo lo que me gusta... escribiendo y trabajando con buena música, con la ventana abierta y los pájaros cantando.

Y me siento acompañada sabiendo que al otro lado de éstas letras están ustedes.

Feliz tarde de viernes, y feliz fin de semana.

PRE